Reinventarse musicalmente nunca ha sido fácil y mucho menos cuando se lleva varias décadas en el negocio de la música, bien al frente de una banda como Duncan Dhu o en solitario. Mikel Erentxun lo ha sabido hacer, despojándose del lastre que suponía iniciar una trayectoria individual al margen de la banda que le dio a conocer en el mundo de las musas. Otro hecho muy significativo a tener en cuenta fue la angina de pecho que sufrió hace unos meses, lo cual ha marcado su carrera. ¿Alguien se pregunta por qué sus últimos discos llevan siempre la palabra “corazón” en el título? Canciones que se caracterizan por ser honestos, maduras, personales y más consistentes que nunca. Y para interpretarlas que mejor que rodearse de grande músicos como Karlos Arancegui (Quique González, Rulo y la Contrabanda) y Pablo Z (Los Deltonos), formato trío para ejecutar un repertorio semiacústico, siempre reforzado con bajo Höfner y steel guitar en algunos tramos, intercalando canciones del presente y del pasado, filtradas por el actual revisión sonora que aplica de manera eficaz y desenfadada y añadiendo unas gotas de influencias clásicas como Bob Dylan o Wilco. “Dakota y yo”, “Mañana”, “A un minuto de ti”, “Cien Gaviotas”, “Esos ojos negros” o  “En algún lugar” fueron parte de las elegidas para la ocasión no añorándose para nada su pasado junto a Diego Vasallo.

Fotografía: Intragram @erentxun 

Autor: Rafa Garcí­a-Moreno